17 de octubre de 2024
Diferentes culturas y religiones del mundo perciben la muerte de distintas maneras, pero todas llegan a la misma conclusión, el morir es un tránsito o paso a un nivel más alto de consciencia. El budismo dice que existe un ciclo de formación, continuidad, declinación y desintegración, por el que pasamos todos los humanos. Algunos maestros de este movimiento nos aconsejan, primero estudiar espiritualidad y el significado de la vida y la muerte, antes de cualquier otro asunto. La civilización actual, principalmente la occidental, trata de ignorar la muerte. Morir es considerado un tema sombrío, de vacío y ausencia. La etapa de vida se ve como luminosa y buena, pero partir hacia el más allá es malo y tiene una connotación negativa. Esto no debe ser así. Fallecer es solo un paso a otra dimensión, donde se analizarán los aprendizajes, el crecimiento espiritual, se recargará la energía, y se volverá a nacer nuevamente, hasta lograr un crecimiento tal que nos permita salir de la rueda del samsara (ciclo de nacimiento, vida y muerte, y posterior encarnación) como lo llama el hinduismo. La teosofía menciona que somos inmortales, el espíritu es el que evoluciona y el cuerpo o vehículo queda en la tierra. El hinduismo, dice que el espíritu es eterno, permanente y primordial, no es lineal, como lo cree la cultura occidental. Entender la razón de la existencia, cuál es nuestro propósito en la vida, cómo podemos mejorar y crecer espiritualmente, es algo en lo que debemos trabajar constantemente. El saber que no somos este cuerpo, y que el desencarnar no es el fin, sino el comienzo a otra vida, cambia nuestra manera de percibir el mundo. Acercarnos a prácticas espirituales, nos permitirá entender la muerte, con mayor claridad y tranquilidad. Por más poder o riqueza que un ser humano pueda poseer en la tierra, hay algo cierto y seguro y es que todos moriremos algún día. Con el conocimiento de que hay un más allá real y vivo, para estar cerca nuestros seres queridos que están en otro plano y lograr cierta conexión con ellos, podemos recordarlos, orar, enviarles mucha luz, hablarles en meditación para cerrar ciclos o cuestiones pendientes. Si queremos bendecir su alma, podemos evocarlos con amor, agradecerles lo compartido en vida y reflexionar sobre las enseñanzas que nos dejaron. Aunque no los vemos, en muchas ocasiones sentimos su presencia, acompañándonos. Se cree que ellos no pueden acercarse a nosotros regularmente, porque ya están en sus procesos en el nivel en donde se encuentran, pero en casos de necesidad o de situaciones complicadas, es común oír que algunas personas los sientan muy cerca, apoyándolos, brindándoles consejos, advertencias de peligros o soluciones en casos de problemas importantes. La muerte no existe, estudiemos, leamos y meditemos sobre el trascender y la evolución del espíritu. Nos ayudará a aceptar, entender nuestro propósito de vida y a acercarnos a los que ya desencarnaron. Rodéate de plantas para encontrar armonía y paz. Contáctanos, te ayudamos a diseñar tu espacio especial.